14.3.13

21 DÍAS EN SHANGHAI

Un nuevo día en Shanghai y empezamos a coger rutina…escribo este post probando una fruta local: con sabor a naranja, más pequeña que una mandarina pero con una pulpa muy carnosa, parecida al melocotón…

Hoy, como todos los días, hemos ido a la Universidad a nuestras clases de chino. Para llegar a la Universidad tardamos una hora en metro, ya que, como os dije, hemos dejado la zona de Pudong. Ir en el metro en hora punta es una experiencia (intentaré hacer un vídeo y subirlo), vamos como latas en sardina, de verdad que no se cabe, además para entrar o salir es a base de empujones, pero es algo normal, como escupir… ufff es asqueroso, pero casi todos los chinos y algunas chinas, escupen por doquier en la calle (me ahorro el describir la acción de escupir de los chinos, porque tienen su técnica y alguna regla y muuucho ruido…)

Como os decía, tengo clases de chino de lunes a viernes de 9 a 12 de la mañana. Está muy bien organizados porque tenemos, 4 asignaturas: “Speaking”, “Grammar”, “Listening” y “Reading”. otro día os cuento de qué va cada clase… aunque al final todas confluyen en chapurrear el chino, Carlos ya lo consigue (aunque hoy ha intentado comunicarse y no lo han entendido jajajja) pero yo todavía no me lanzó… aunque cuando en clase practicamos todos al unísono parecemos gatos en celo maullando… y sólo pensar en eso me ha dado un ataque de risa que no he sabido explicarle a mi profesora....es muy gracioso.

Después de las clases, hemos tenido que ir a la Oficina de Visados para Extranjeros. Otra vez metro y al otro extremo de Pudong, de modo que, hemos hecho una parada técnica para comer Tepanyaki, ya casi me hago con los palillos para comer y el otro día que comimos en un bar de tapas español con tenedor se me hacía raro…

La burocracia china…. un edificio muy moderno, limpio y de varias plantas a las que accedías con escaleras mecánicas… Ya Carlos sabía lo que había qué hacer, de manera que nos ha sido fácil, hemos rellenado el formulario y pegado la foto en el mismo con uno de las decenas de botes de pegamento (que nadie se llevaba), hemos cogido un número y esperado nuestro turno y… sorpresa!!!: 10 minutos después veo que se forman una serie de colas y se lo comento a Carlos y me dice que es habitual… que a la voz de “tonto el último” ni turnos ni nada, así que corriendo a hacer cola… nos ha llegado nuestro turno y aunque la funcionaria de policía tenía cara de pocos amigos ha repasado nuestros documentos (entre ellos el certificado médico de la gincana que hicimos y que aprobamos, a pesar de que a Carlos el electro le salía casi plano… por eso que os comentaba de los chupones…), los ha metido en un sobre, al que ha pegado un resguardo, cuya copia nos ha entregado para ir a recoger el visado/permiso de residencia china de estudiantes dentro de una semana.

Ya que habíamos cogido carrerilla, y Carlos estaba por la labor, hemos ido a un supermercado para intentar hacer una compra semanal… ay los súper, es que no me hallo en ellos… no sé qué comprar o los productos que quiero comprar no los encuentro, ni siquiera poniendo el traductor a la dependienta, le he pedido lejía con el traductor y no tenía ni idea de lo que le pedía… finalmente he encontrado la lejía...

la anécdota de hoy ha sido con una dependienta, hemos comprado una impresora y la dependienta nos ha exhibido a todos sus compañeros de la buena venta que había hecho a unos “lao wei”, nos ha llevado a la caja y nos pregunta de dónde somos y cuando le decimos en chino que somos españoles se ha reído nos ha señalado la piel y se ha sorprendido (no me preguntéis por qué…), pero no queda ahí la cosa, una clienta anterior le da a la cajera la tarjeta de fidelización del súper y yo en mi chino rudimentario le digo que también quiero una, y la jodía china entiende (o prefiere entender) que le dejamos pasar su propia tarjeta con nuestra compra… nos hemos echado a reir porque indignarse aquí no sirve para nada….

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